He querido mostrar un pequeño extracto de mi segunda obra teatral. Con todo el cariño del mundo, para todo aquel que quiera compartir conmigo esta alegría. Espero que os guste y, si os apetece leer el texto completo, podéis dejar un comentario o decírmelo por Twitter: @RafaelBlanes , o Tuenti Rafa Blanes Carmona. Lo dicho. Gracias por vuestro tiempo.
¿Sabe por qué razón he escogido
esta canción? ¿Por qué no he escogido una más estridente, con coros
multitudinarios cantando a la libertad, a la osadía de unos pocos que hablan por todos, a la fuerza o a la unión de sabe
Dios qué pueblo? Hace tiempo que tengo un sueño. Un sueño que se repite una y
otra vez. Hará dos meses justo cuando usted vuelva aquí conmigo. Siempre la
misma historia. (Ríe). Sueño que soy músico, ¿8abe? Toco el piano y siempre
toco esta canción. Es como una obsesión. Esta canción es mi manera de ver el
mundo. Cada golpe de tecla, cada nota, un disparo. Un disparo de la bala que
nunca me atreví a comprar, el valor gratuito para limpiar el mundo de los
monstruos que no me dejan dormir, que hacen que solo sea posible soñar si es
con esto. El sueño dura apenas tres minutos. ¿Sabe donde me veo? Estoy en medio
de un campo de batalla. ¡Como lo oye! Los miembros de las Fuerzas Alemanas
suben y bajan, disparan a inocentes e insurrectos. Lo único extraño de este
sueño es que deberían oírse gritos; la pólvora explotando al salir del cañón,
los cuerpos cayendo sin vida al suelo. Pero solo escucho el ritmo de mi
respiración. Mi respiración y un disparo por cada nota. No puedo correr, no
puedo despegarme del piano, tan solo tocar como si el martilleante sonido de
las balas saliese de mis manos y provocase todas esas muertas. Pero no soy yo
quien mata. De pronto alguien llega y se detiene justo tras de mí. Es un hombre
joven con una camisa blanca. Me mira fijamente, agarra mis manos y me empuja
con fuerza al suelo. Entonces la música calla. Calla en el preciso instante en
que desearía con todas mis fuerzas disparar una y mil veces. Pero es tarde. Ya
no quedan notas. Lo más curioso de todo esto es que comencé a tener este sueño
cuando le conocí. Supongo que tendremos que esperar para saber el por qué.
Suena el reloj. Son las doce de
la noche. Al sonar la última campanada, MARKUS despierta sobresaltado y
comienza a toser compulsivamente. León se encuentra de espaldas a él. MARKUS
carraspea. En estado de shock lo observa todo a su alrededor. Entonces nota que
no está solo en la sala. No consigue ver quién es.
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